La historia sin documentos
Fui una niñera muy especial. Me inscribí a una página de internet con un pésimo desarrollo web pero creo que valió la pena. En ella tenía que poner mi perfil completo, edad, nacionalidad, bueno incluso si tenía hoja de la parroquía y a cual asistía. Era un interrogatorio total. He de confesar que no había tenido un perfil tan más detallado en mi vida, y ahí pude ver cuantas cualidades y defectos tenía. Así llegó el día en el que me ofrecieron un trabajo como niñera del otro lado del gran charco de américa. Me fui hace unos cuantos meses, creo que en enero.
Llegué a una extraña casa, tenía una reja muy grande y de esta a la casa en sí, había fácil un kilómetro. Parecía de un cuento de terror. Tenía un gran bosque. En la entrada decía que era una agencia de diseño. Pero la verdad parecía más casa de brujas que de diseño. Quizá era la parte en la que eran hipsters o algo así. Creí estar en una película. Cuando iba a llegar a la puerta, que por cierto tenía como 20 metros de altura, toqué el timbre. Parecía que no se escuchaba. Esperé unos cuantos minutos sentada en la parte del pórtico. Todo tenía polvo y había muchos animales extraños. Miraba por el camino donde venía y tenía niebla. Me sorprendió porque eran las 2 de la tarde.
De hecho, el camino no se veía y de entre los árboles, parecía que alguien me veía. Cuando miré con cuidado, del lado izquierdo, donde terminaba el pórtico, ahí encontré unas escaleras. Seguí los escalones, pero se perdían en la niebla. Cuando me levanté, la niebla desapareció y dio vista a muchas lápidas de un gran cementerio. No lo podía creer. Esto no estaba en la página del desarrollo web que me inscribí. Intenté no ahogarme con el grito y me tomé mis cosas. Corrí hacia las escaleras de la entrada pero alguien abrió la puerta. Se escuchó como si jalaran muchas cadenas de los barcos y me quedé fría. Una voz muy fuerte y gruesa me dijo “agencia de diseño” estamos a sus órdenes.